domingo, mayo 27, 2007

Como...


Como una divorciada
Como una huérfana
Como una prisionera
Como una furcia
Como una sombra
Como una apestada
Como una imbécil

miércoles, mayo 16, 2007

Hoy quiero pedir perdón...


Hoy quiero pedir perdón. Quiero pedir perdón por no haber sido la esclava que él esperaba que fuera. Por no haber sido capaz de aprender, después de tanto tiempo, el comportamiento correcto que debe tener una perra al servicio de su Señor. Perdón también por haber defraudado todas las expectativas que se habían creado y los planes tan cuidadosamente trazados, provocando con ello un retroceso muy importante en el proyecto.
Hoy deseo pedir excusas por no haber sabido o por no haber podido anteponer mi condición de esclava a cualquier otra circunstancia por muy personal y dolorosa que fuera. Sobre todo porque sé que mi Dueño es el propietario único de mi cuerpo y de mi mente, de mi voluntad y de mi vida y que esta esclava no es más que un objeto cuya única misión es perseguir el disfrute y el placer de su Amo. Soy consciente de que mi obligación ineludible es estar a su disposición las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana y de que cualquier ocupación, cualquier deseo o cualquier asunto personal debe estar supeditado a su voluntad, porque como esclava no tengo otra ocupación, otro deseo y nada más personal que estar dispuesta siempre para ser usada según su albedrío.
También quiero pedir perdón por eso, porque sabiendo que mi Dueño me requería y que su derecho es disponer de mí en todo momento, no ha podido encontrarme. Mala esclava la que tiene tantos problemas para proporcionar a su Amo las satisfacciones a las que está obligada.
Por último, aunque no es la única disculpa que queda, esta esclava necesita pedir perdón porque no sabe lo que pasará mañana, perdón por ser incapaz de prever su propio futuro, de mantener una actitud independiente, por la posibilidad innegable y desalentadora de echarlo todo a perder.

jueves, mayo 10, 2007

Los censores


A quién le puede importar mi vida. Si soy alta o baja, lista o tonta, rubia o morena. A quien le importa lo que pienso o lo que hago. Si me gusta ser dominante o esclava, si sentirme humillada o ensalzada. Quién es nadie para exigirme un comportamiento, para pedirme una razón o para reírs de de mi forma de ver la vida. A quién le importan las circunstancias que me proporcionan placer y aquellas que me provocan disgusto, si quiero vivir sometida a una voluntad ajena o si prefiero guiar mis propios destinos. A quien le interesa si soy virtuosa o promiscua, si una virgen o una zorra, si prefiero la compañía de un hombre o de una mujer, si practico una forma de sexo o la contraria. Por qué están tan pendientes de mis amistades y de mis relaciones, de las personas con las que hablo o a las que me entrego de alguna forma. Por qué hay gente que se extraña de que no piense como ellos piensan y por qué pretenden que cambie mis sensaciones, mi voluntad o mis deseos. A quién le he dado permiso para que se entrometa en mi vida, para que me dé consejos que no he pedido, para que critique lo que hago.
Pues, sin embargo, ahí siguen. Opinan, critican, ordenan, se molestan, se ofenden, dan certificados de bondad o de normalidad o te arrojan a las llamas del infierno después de calificarte de perversa. No saben que hay gente a la que le gusta la perversión.

domingo, mayo 06, 2007

Soy


Soy una esclava errante que va de un lugar a otro, cada vez más lejos de su objetivo.
Soy un ser extraño que camina sin rumbo en busca de una ilusión que no encuentra nunca.
Soy una sumisa patética que sólo está sometida a la intolerancia de los ciegos y a los deseos de los ignorantes.
Soy un ejemplo de lo que no se debe ser, de lo que no se debe hacer, de cómo no hay que reaccionar.
Soy un alma en pena que recorre las calles de una ciudad extraña en busca de una utopía.
Soy, en suma, una ilusión frustrada, el paradigma del fracaso, un motivo de decepción.