domingo, octubre 28, 2007

Límites


Dice mi Amo que a diferencia de lo que ocurre con una sumisa, una esclava no puede poner límites unilaterales en su relación de sumisión, que estos deben ser pactados y, en cualquier caso, aprobados por el Amo.
En mi caso particular, mi Amo me ha concedido dos que para mí son fundamenatales: permitirme realizar libremente mi trabajo y no provocar ninguna acción que pueda desvelar mi condición de esclava ante terceros, principalmente ante mi familia pero también ante amigos y colegas.
Fuera de estos, no tengo límites absolutos, aunque es verdad que hay ciertas actividades que mi Señor no me obliga a realizar, pero no sólo porque yo esté en contra de ellas, sino porque también lo está él. La zoofilia, el scat, las marcas y heridas permanentes, la electricidad y los cortes son las más llamativas.
A mí me gustaría no tener ningún límite, hablar con mi Amo, contarle lo que no me gusta y que fuera él quien decidiera. Me han dicho que en ese caso qué ocurriría si mi Señor decidiese hacer algo de lo que yo estaba en contra. Si eso ocurriera, naturalmente tendría que obedecer, pero es algo que no me preocupa. Estoy segura de que mi Amo nunca me obligaría a hacer algo que le hubiese comentado que no me gustaba, aunque no constituyese ningún límite.
Hay algo, sin embargo, que sin ser un límite, nunca me ha parecido correcto y es el cumplimiento de una orden que implique a terceras personas si estas son ajenas al BDSM. Me parece que no tengo derecho a molestar a nadie con mis cosas, a poner en evidencia o a violentar a otras personas. Afortunadamente, mi Amo es de la misma opinión.

martes, octubre 23, 2007

Libertad sexual


Nunca he entendido ese celo del que hacen gala algunos Amos no permitiendo que sus esclavas tengan actividad sexual con otras personas o con ellas mismas. Hay algunos que, incluso, prohiben a la sumisa que salga de paseo, que vaya al cine o que se tome una copa en compañía de alguien del sexo opuesto. No hablemos ya de cualquier efusión amorosa, aunque sea en un momento de apasionamiento.
Es posible que esa forma de comportarse sea debida al deseo del Amo de ejercer una posesión en exclusiva sobre su propiedad o es posible que la causa sea el deseo de demostrar su poder y el dominio que ejerce sobre ella. Todo ello me parece lógico y normal si no fuera por un detalle que echa por tierra la razón de la exclusividad, aunque no el de desear manifestar abiertamente y al público en general su omnímodo poder. Me estoy refiriendo al hecho de que la mayoría de los Amos que prohiben cualquier exaltación libidinosa a sus esclavas son los mismos que no tienen inconveniente en cederlas a otros Amos sin que parezca importarles nada que las humillen, las vejen o las posean de cualquier forma. ¿Será porque de esa forma exageran su poder real y se consideran más Amos?

miércoles, octubre 17, 2007

Venta de una esclava


¿Es lícita la venta de esclavas? No pregunto acerca de su legalidad porque la respuesta sería obvia sino, solamente si dentro de la práctica del BDSM se puede considerar aceptable vender una esclava a otro Amo a cambio de una compensación económica.
Hace tiempo, me contó un Amo que en una ocasión le habían ofrecido una esclava por tres mil euros. Naturalmente, el Amo había rechazado la oferta y había amenazado con poner el caso en manos de la justicia.
En ese sentido, me dice mi Amo que es relativamente frecuente la oferta de esclavas, mayoritariamente inmigrantes, que aceptarían ser vendidas sin rechistar a cambio de tener una cama y la comida asegurada. Si eso es verdad y si lo dice mi Amo es que es verdad, ¿Quién sería capaz de denunciar una cosa así?
En mi caso personal y de acuerdo con el contrato de esclavitud que tenemos vigente, mi Amo tiene pleno derecho a cederme, a alquilarme o, incluso, a subastarme a otros Amos, siempre con carácter temporal y sin que se necesite mi consentimiento, o lo que es lo mismo, sin que me pueda negar, pero no se contempla una venta a no ser que sea pactada entre mi Amo y su esclava.
Personalmente pienso que la cesión o el alquiler o, incluso, la subasta son parte de las actividades del BDSM y una opción aceptable aunque no me entusiasme ser alquilada o cedida. Pero no pienso lo mismo de la venta que, en mi opinión, no deja de ser un acto repudiable ética y moralmente.

lunes, octubre 08, 2007

El gran dilema


El Amo X tiene tres esclavas en su cuadra: A, B y C, a las que trata con igual severidad, aprecio y dedicación. De vez en cuando hace sesiones conjuntas con las tres y en otras ocasiones las realiza por separado pero las tres viven en la misma mazmorra y ofrecen idéntica entrega.
Un día, sin embargo, el Amo X se enamora perdidamente de A, amor que es correspondido por la esclava, de manera que entre ambos se establece un vínculo que ya no es sólo el que forman Amo y esclava, sino también el que establecen hombre y mujer.
Ante esta situación, ¿Cuál debería ser la actitud del Amo?
1.- Seguir igual que hasta ese momento porque su vida privada no tiene que ver con su condición de Amo.
2.- Renunciar a las esclavas B y C porque la situación puede hacerse insostenible y porque debe dedicar todo el tiempo a su amada. En este caso deberia:
a) Romper la relación con B y con C.
b) Ceder, alquilar o regalar a las esclavas B y C.
Nota: Entre todos los participantes se sorteará una sesión especial con Amo de prestigio reconocido o con esclava obediente y sumisa.